CENIZO y CEÑIGLO, nombre de planta, origen incierto, probablemente de ceniza, por el aspecto ceniciento de las hojas.
1.ª doc.: ceñiglo, J. Ruiz, 1008d; cenizo, Aut.
Por otra parte, según la Acad., fundada en Cavanilles (1802) y otros autores modernos, el cenizo en esta acepción se llama también ceñiglo; 1o cual viene confirmado por Sánchez Sevilla, quien indica ceñilgo y jenijo como formas usadas en los alrededores de Cespedosa para la planta que en la población misma se llama cenizo; y por Colmeiro (IV, 522), quien da ceñilgo y ceñiglo untuoso como nombres del Blitus Bonus-Henricus, salsolácea análoga a las espinacieas1. Sarm. ceñilgo en Castilla (CaG. 158r) y en Cistiérniga, Valladolid (p. 76). Ahora bien, el toledano Pedro Sánchez de Arce (1589) habla de una tierra que «cría abrojos, cardos y espinas y ceñiglos», y es evidente que a esta propiedad de criarse entre plantas espinosas, o a su aspecto polvoriento y sucio, aludirá J. Ruiz cuando dice que una serrana tiene «talla de mal ceñiglo»2; gall. cenizo ‘ceñiglo, hierba que se cría junto a las paredes’ (Carré).
En cuanto a la etimología no habría dificultad en derivar cenizo de ceniza, en vista de su color ceniciento, puesto que existe el adjetivo cenizo ‘de color parecido al de ceniza’ (V. artículo anterior), y que de ahí ha de venir indudablemente el vocablo en su otra acepción de ‘oídio’3. En cuanto a ceñiglo, las dificultades crecen. Quizá se trate aquí del diminutivo CINISCULUS ‘un poco de ceniza’, alterado en ambientes semicultos en *ciniclo > ceñiglo o en *cinizgo, de donde por una parte ceñilgo (con l leonesa) y por la otra *cenijo (como rasguño > rajuño, juzgar > jujar) > jenijo. La ñ se debería a una contaminación4. Por lo menos fonéticamente sería buena base para el nombre de planta gall. saincho, que sería «el sonchus del (botánico) Vigier, como lechuga de puercos» (Sarm., CaG. 135v, vid. también J. L. Pensado, Opusc. Gall. S. XVIII).
1 Ceñilgo en J. Salvador Ruiz (1862), quien recoge nombres de la región leonesa.― ↩
2 Está claro que Spitzer, Bol. del Inst. Caro y Cuervo II, 7, cae en una confusión cuando identifica el ceñiglo de Sánchez con la primera ac. de cenizo en la Acad., a saber oídio, pequeñísimo hongo parásito que no se podría equiparar a abrojos, cardos y espinas. Partiendo de este mal fundamento cree el sabio etimologista que debe separarse el ceñiglo de J. Ruiz del de Sánchez, y propone interpretar el vocablo en el primero de estos autores como ‘fantasma’ trayéndolo del lat. SIGNACULUM. Idea difícil ya por la vocal tónica, que ahora debe desecharse por razones semánticas.― ↩
3 Este parásito forma unos filamentos blanquecinos y polvorientos, que también le dieron nombre en Portugal, donde se llama cinzeiro (de cinza ‘ceniza’) y poeiro (de pó ‘polvo’).― ↩
4 Hay, sin embargo, otras posibilidades. El lat. SENECIO, -ONIS, ‘hierba cana’, se ha aplicado científicamente a plantas que nacen en la vecindad de las aguas, como la barrilla o sosa se hace junto al mar (senecio praealtus, senecio foliosus o zuzón: Steiger-Hess, VRom. II, 69n.; Colmeiro III, 262; se trata, sin embargo, de plantas pertenecientes a la familia de las compuestas), y cabría fonéticamente deducir de ahí, como representantes semicultos, cenizo y *cenizgo > jenijo, ceñilgo (> ceñiglo). No puedo resolver si hay o no relación con el port. trasm. cinisga ‘clítoris’, ‘muchacha flacucha, entrometida y chismosa’ (RL, V, 40, 110, comp. allí mismo cinascos ‘migajas’), port. pop. senisga ‘borrachera’ (RL XXIV, 256). Creo que no la hay con el cat. cenís ‘Phragmites communis’, gramínea, llamada también canyís, que crece en grandes colonias a orillas de los ríos (Fabra); parece tratarse de un plural dialectal de senill ‘especie herbácea que se cría en lugares húmedos’ (en Poboleda, según Amades, BDC XIX, 205), ‘caña de los prados’ (en Tortosa, BDC III, 109), ‘alga, sargazo’ (?, Vogel, s. v. cenill). Luego se tratará de una planta muy diferente. Véase el artículo correspondiente de mi futuro DECat. ↩